…ayer soñé que compraba dos tortugas, de esas de tierra con nudos en el caparazón. Eran tan pequeñas que apenas cabían en mi mano, pero cuando llegué a mi casa y las dejé en el jardín crecieron enormes y me persiguieron con las fauces abiertas, intentaban morder mi pantalón. Ellas me dijeron, porque en el sueño puede hablar quien quiera, que yo siempre fui la presa…
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