Por Gabriela d´Arbel
“Ven a jugar con nosotras Danny”
El resplandor 1980
I
Niño que profundizas en el laberinto. Locura.
Llegas al centro, alguien, con una luz, manda revelaciones.
Te rescatas con el cordón de tus propias huellas.
No tan cándido. Tú sabes. Una voz te habla, desde adentro.
No entres a la habitación 237 (2X3X7=42= año
de la solución final)
Eres pequeño ante la inmensidad que acecha: necesitas alas.
La voz pasea por territorios del futuro, come gajos de instante.
Te salva tu Shining, que no escucha la vesania de papá, y de los otros.
Los otros son Jack Torrence, siempre lo han sido.
¿Lo somos?
II
Torrance (Del latín torrentem: rugiente, hirviente)
Amenaza explosiva que endurece los rasgos.
Tu hacha no escucha la clemencia de los que te construyeron.
El laberinto eres tú y en él te extravías todos los días.
“Siempre has sido tú el guardián del Overlook”
huyes como el que ha puesto bajo llave un monumental secreto.
Sangran silenciosas la razas que mueren.
Ellos que gimen en la sierra, en el desierto, en los guetos.
Y tú, congelado dentro de tu mente, de tu mente, de tu mente…
1 comentario:
Veo que la importancia del cine dentro de tu obra no es marginal sino una fragua de instantes que engarzas bellamente en tu poema.
Abrazos
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