Adobes de sonido sobre el teclado
toda la fe viene en señales de humo,
pero el viento escapa y me consumo
en la gran confusión, un mundo acallado.
Al final un bosque devastado que duele,
¿dónde están los lobos? Donde no hay ficción
es urgente buscar una nueva dirección
quiero que cada árbol me hable y se rebele.
Hay un barco en medio de un bosque
una fiesta que surge desde lo profundo.
Los conejos se esconden en el sotobosque.
Pienso en mis pies húmedos, en el musgo
pienso triste, en la Sierra que me sostiene,
pero se evapora bajo una mina, duele y juzgo.
Del libro vientre de un elefante violeta.