En el camino hacia el pueblo el asesor puntualiza algunas cosas que
el candidato debe decir durante el
mitin, memoriza el nombre del pueblo
Real de naranjos y las
comunidades de los alrededores.
“Soy bajito, magro, con cara de imbécil. La expresión de
imbécil la ensayo cada día. Es mi embozo para pasar inadvertido.”
El candidato usa una camisa de manga larga
arremangada que indica que es hombre trabajador.
“No tengo otras ansias más que matar, ver
tele y dormir. Estoy libre, los minotauros que habitan en mí devoraron mi
recato. Visito todos los días a mi tía Carmen, la viejita guarda mi herramienta
de trabajo en una dulcera. Ella lo ignora.”
Al subir a la tarima uno de los habitantes le da al candidato un sombrero
fabricado en Real de naranjos. Él se lo pone. En su hombro los zopilotes cagan.
“Aparte de mi tía sólo existe Oscar. Él me
conecta con los encargos.”
Cuando habla de sus promesas debe mostrar las
palmas de las manos, cuando habla de combatir la violencia bajar un poco la voz. Cfr. Manual
del buen político.
“No siento nada”
¡No siento nada!
Después de una detonación, el sombrero color
hueso cambia su color a un escarlata casi guinda. Los carroñeros inician la fiesta.